Me es difícil explicar lo que siento por el arte de la narración oral.
Cuento por el simple hecho de contar. Porque amo las historias y quiero que todos sientan lo que a mi me pasa cuando leo una que me gusta. Quiero transmitirlo. Todo me pasa por el cuerpo.
Por eso la elección de cada cuento es muy personal. Una no va a generar lo mismo con un texto que movilizó algo en su interior que con otro que pasó desapercibido.
Poco a poco descubrí lo apasionante del proceso, la búsqueda, la selección del material, encontrarme con un cuento y enamorarme, saber desde la primer lectura por dónde encararlo, “verlo en escena”.
Apenas me gusta un texto, las imágenes son claras y también los sonidos. Veo “ese momento” que todo relato debe tener. Está en mi cabeza como una película...y disfruto de utilizar todas las herramientas que poseo para que lo vean a través de mi.
Cuento por el simple hecho de contar. Porque amo las historias y quiero que todos sientan lo que a mi me pasa cuando leo una que me gusta. Quiero transmitirlo. Todo me pasa por el cuerpo.
Por eso la elección de cada cuento es muy personal. Una no va a generar lo mismo con un texto que movilizó algo en su interior que con otro que pasó desapercibido.
Poco a poco descubrí lo apasionante del proceso, la búsqueda, la selección del material, encontrarme con un cuento y enamorarme, saber desde la primer lectura por dónde encararlo, “verlo en escena”.
Apenas me gusta un texto, las imágenes son claras y también los sonidos. Veo “ese momento” que todo relato debe tener. Está en mi cabeza como una película...y disfruto de utilizar todas las herramientas que poseo para que lo vean a través de mi.
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